A partir de la invitación de Caterina con esta entrada me paro a pensar en mi "País de Nunca Jamás". En él había tizas y pizarras ... y muñecos que reposando sobre la cama atendían la lección. Había zapatos de tacón de tallas grandes y espejos donde mi imagen se reflejaba. Había paraguas transparentes con forma de seta que no podían ser abiertos dentro de casa, lo que me hacía desear que lloviera.
Había pasillos de un palacio que pasó a ser un colegio y alguna que otra bruja vestida de monja que si no te portabas bien te daba con la regla y si cumplías a rajatabla sus ordenes te daba caramelos. Había vidrieras enormes y luz ...
El ratoncito Pérez cumplía con su trabajo cada vez que se me caía un diente y solía encontrar casitas diminutas debajo de mi almohada. Había miedo a despertarme sola por la noche y sentir la oscuridad, pero nunca pasaba nada porque llamaba a mi madre y me acompañaba de nuevo en mi sueño.
Los muebles pequeñitos de madera hechos a mano abundaban en mi Páis de Nunca Jamás, sillitas pequeñitas de madera y mimbre, mesitas redondas, armarios, camitas ... Vestidos hechos a mano. Barbies, Nancys y Barriguitas que entre ellos conversaban. Existía Lukas el novio de la Nancy, pero nunca existió Ken , el novio de la Barbie. No había princesas y no había príncipes ...
En mi País de Nunca Jamás, había papillas de arina y agua. Me esmeraba en que mi muñeco Pipó, no se dejara ni una pizca en el plato y montaba un cristo cada vez que le daba de comer.
Solía correr por el campo, subir cuestas de arena, hacer ramos de flores silvestres y tenía una bicicleta BH azúl que para mí resultaba ser una moto fantástica. Era una fiesta hacer una cabaña, de un año a otro recogíamos los restos de la misma y la volvíamos a montar.
Me daba miedo el agua de la ducha, no aguantaba que cayera jabón en los ojos a la hora del baño, en cambio me recostaba sobre la mesita del salón y viendo natación en la tele me creía la gran nadadora del mundo mundial.
Y jugaba a mercerías ... vendía botones, cremalleras, telas, cintas, tijeras, hilos, corchetes, remaches, agujas y alfileres de color.
Mi mente sigue dando vueltas. Hace tiempo escribí esta entrada, anteriormente escribí esta otra, en pleno proceso de Hivernacle escribí esta. Una amiga cuando vino a ver Hivernacle, me dijo que tubo la sensación de que la dejaba entrar en mi "casita", en mi mundo particular. Me dijo también que salió muy emocionada ... y ahora que hago recuento y ahora que me paro me doy cuenta que durante casi un año, no he dejado de viajar al País de Nunca Jamás. Quizá además de Pessoa, yo también me llevaré de vacaciones el libro de Peter Pan. Yo he jugado con Caterina ¿ Seguimos jugando? Que había en vuestro País de nunca Jamás?