El quinto en discordia...

Dícese de aquellos personajes que sin ser el héroe o la heroína, pero tampoco el confidente o el villano, son igualmente importantes para el desenlace de la trama.

Hijos de la época...

A algunos les gusta la poesía...

Prólogo de la comedia

Después de todo un día en el que el ordenador, las subvenciones, la compra de las plantitas, las bombillas a punto, la mesa de luces, la revisión del vestuario ... llega el momento de preparar el maletín del maquillaje.

Es como un ritual, es algo que me recuerda el verdadero oficio, lo que verdaderamente importa. El maquillaje, las sombras, las barras de labios, las gomas del pelo, la gomina, las horquillas de clip y de moño, los peines, el desmaquillante, la crema hidratante... Todo bien colocado en la maleta que nos ha regalado Isabel.

Una especie de ritual, que me hace pensar con calma que todo tiene que estar perfecto. Es curioso, pero el momento del maquillaje para mi, es mi momento antes de bailar... un momento en el que me concentro, escucho música, me preparo para salir a escena... y me relaja... me gusta sentirlo así. Me preguntaban esta noche si estaba nerviosa, y yo contestaba, no, lo que estoy es cansada, pero tengo muchas ganas de bailar...

A plena luz del día

Volvemos a trabajar de forma intensa en la pieza. No tengo la sensación de desempolvarla y empezar de nuevo... la sensación es de continuar en la búsqueda y seguir encontrando en ella las pequeñas sutilezas que hacen que se mantenga viva. Las pequeñas cosas que hacen que me sienta en dificultad y en transformación constante, sin buscar la perfección , solamente buscar que esté viva... que respire...

Eso hace que me sienta frágil en su ejecución, pero esta fragilidad, este riesgo me resulta interesante, me produce esas cosquillitas fruto del nerviosismo de volver a mostrarla, de sentir que es la primera vez que lo hacemos...

Los chicos, han seguido en su trabajo de enriquecer la música, vamos ajustando cositas...ellos proponen y nosotras proponemos, es un trabajo de equipo, en el que vamos creando de forma tranquila, en calma. Esta calma, hace que poco a poco vaya creando un poso que hace que todo vaya cobrando más sentido... y eso me gusta, porque es como si me pusiera un traje, que cada día se va adaptando más a mi cuerpo.

Hoy a venido Roberto, sabemos que los textos, son nuestro punto débil, y en ello estamos... porque las palabras, no tienen que sonar como palabras... como un texto, sino que tienen que estar llenas de significados y de imágenes que lleguen al público.

Estamos todos contentos de encontrarnos y de comenzar con la gira de Una del Montón, todo el trabajo que hemos realizado va dando sus frutos... y eso es genial, porque dan ganas de continuar en el camino.

Dicotomía natural

Y cuando el sol ya despuntaba, arranca de las entrañas una nieve que nos deja a todos parados. Literalmente parados, y eso hace que me quede en casa y que no pueda ir a dar clase...y eso hace que mientras que voy llamando una por una a mis alumnas vaya escuchando lo que sucede en la calle. A primera hora de la tarde, silencio, apenas ya pasan coches, y de pronto, las voces de los niños y de los que no son tan niños me sorprenden con sus diminutas guerras de bolas, que hace que entre en mi una añoranza de la niñez, en la que nada me preocupaba y los eventos se sucedían. En la que el tiempo pasaba lento y era más consciente del transcurso de la vida. Y el recuerdo me lleva a pensar en mi familia, en los que están lejos, en mi prima, en mi madre...y eso hace que la alegría se mezcle con la pena y con la esperanza de disfrutar de las pequeñas cosas que hacen que la vida sea cada día un poquito diferente.