Es como un ritual, es algo que me recuerda el verdadero oficio, lo que verdaderamente importa. El maquillaje, las sombras, las barras de labios, las gomas del pelo, la gomina, las horquillas de clip y de moño, los peines, el desmaquillante, la crema hidratante... Todo bien colocado en la maleta que nos ha regalado Isabel.
Una especie de ritual, que me hace pensar con calma que todo tiene que estar perfecto. Es curioso, pero el momento del maquillaje para mi, es mi momento antes de bailar... un momento en el que me concentro, escucho música, me preparo para salir a escena... y me relaja... me gusta sentirlo así. Me preguntaban esta noche si estaba nerviosa, y yo contestaba, no, lo que estoy es cansada, pero tengo muchas ganas de bailar...
me recuerda al inicio del vidio de Bodas de Sangre, de la cía de Antonío Gades. Al principio sale la sala de maquillaje i como todos los/las bailaores y bailaoras se preparan. Y en off la voz de Gades hablando sobre la professión. de una forma muy campechana, "yo empezé a bailar por hambre...".
ResponderEliminarMe encata como escribes Anita.
Muchas felicidades por tus años, y nada de alabanzas a lo bien que os està yendo con la compañía, por que eso salo de un hartazgo de trabajo, y a eso si que es de admirar!!
Un beso preciosa, te quiero!
Y un beso también para la Corredor!!!