Pasar de un estado a otro. De una situación a otra. Estar en la estación y esperar a que llegue tu tren. Viajar en coche de un punto de la geografía a otro. Transitar un lugar, un espacio, un momento, una situación, una crisis … transformar. Esperar el momento adecuado para proponer otra cosa, para instalar algo nuevo, para esperar que tus amigos estén contigo, para que las cosas sean de otra manera. Mantener la tensión a la propuesta, no abandonarla, prepararla con mimo… estar de paso… pero pasando. Ahí nos encontramos, con un Hivernacle acabado y buscando la manera de transitarlo. Llenar cada momento de vida, de respiración, de escucha, de equipo…
Las difíciles transiciones… tan difíciles como en la vida misma. Saber darte el tiempo para realizarlas, para no anticipar, para no dormirte en ellas … algo que da paso a otra cosa, que te coloca en otro lugar … llenas de detalles y a veces rompedoras… como dice Roberto” no todo tiene que entrar con vaselina” a veces entra a bocajarro, como en la vida misma.
Ahora me encuentro en el tren camino de Tarragona, para compartir unos días de descanso. Cuatro días de transición hacia la recta final del estreno de Hivernacle. Hoy en la estación pensaba en el año pasado, y en las veces que cogí el tren para ir a Alicante. Precisamente en Alicante estuve la semana santa pasada. Allí algo me dijo que tendría que acompañarle y dejarle marchar. Y eso fue lo que hice… Ahora sigo transitando su pérdida. Las pérdidas no se superan, se aprenden a llevar… y en ello estamos.
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