viernes, 29 de abril de 2011

Corrandes de la parella estable


Esta semana que no haya escrito, no significa que no haya estado trabajando, solo que esta semana he estado haciendo lo que generalmente cuesta tanto hacer. Ultimar detalles burocráticos y administrativos. Rellenar autorizaciones, ir de un lado al otro del Institut para solucionar problemas de última hora, colgar carteles, solucionar temas técnicos, temas de entradas... También es parte del proceso todas estas gestiones, generalmente son las que más nerviosa me ponen, ya que no dependen de mi únicamente sino de la institución en la que estudio en este caso el Institut del Teatre ... Hay que estar muy atento para que no haya equivocaciones, pequeñas cosas que parecen sin importancia pueden fastidiarte muchos días de trabajo.
Estos días mi amigo Lucas está estudiando para presentarse a las pruebas del Institut. El primer año que me presenté nos presentamos juntos ... a ninguno de los dos nos cogieron ... hablo de hace tiempo, por lo menos 7 años. La segunda vez yo me presenté y entré y Lucas lo va a intentar de nuevo este año. Le mandé un mail en el que le invitaba a venir a ver Hivernacle, sabia que no podría pero quería que supiera que ya acabo ... y en su mail me contestaba lo siguiente:

"Me encantaría verte, pero estaré en tu querido Madrid. Hablamos pronto amiga. Mucho ánimo y a disfrutar tu salida del Institut."

Un besazo,
Lucas.

Y esto me hizo pensar en que verdaderamente es un cierre de ciclo. Me hizo pensar en la ilusión con la que entré. En como disfrutaba las clases en el centro de Terrassa ( que por cierto, ahora está medio vacío y sin apenas vida). Me hizo pensar en que me pasaba horas y horas en zapatillas de estar por casa por esas aulas... en la sala de danza de suelo de madera, en la hora de la comida tomando el sol en la escalera, en que todos nos conocíamos, en las duchas mixtas ( como no lo iba a decir) esas duchas en las que la primera vez que te duchas es toda una aventura, en las taquillas viejas llenas de fotos, en Elio, en Amanda, en Ramón, en Nuria, en la sensación de saber cada uno de los nombres de las personas que trabajan en el centro. En bajar a recepción y pedir una llave ... cosas apenas importantes, pero que te facilitan y te alegran el día a día. En el sol que entraba por la mañana en la sala donde hacíamos esgrima ... Y en las risas que nos echábamos cuando hacíamos improvisaciones, o las lágrimas que salían cuando algo nos emocionaba, los enfados, las charlas. Ahora lo pienso y me encantaba ir a Terrassa ... aún teniendo que coger el ferrocarril y a veces tener que esquivar a los revisores para que no nos pusieran multa. Suena cursi, pero era como una gran familia y a veces eso agobia, pero con el tiempo se queda un recuerdo bonito. Todo esto, para decir... que me alegro de haber pasado por el "Insti" aunque a veces haya cosas que no entienda, que me enfaden, que incluso me dejen parada ... creo que es una buena manera de crecer, de aprender, de entender de que va la vida... y aunque a veces me pregunto si es buena época para que mi amigo Lucas empiece el Institut, luego pienso que sí, que si que lo és y que le seguiré animando ... ahora me preparo para salir de él y me acuerdo de lo que me costó entrar, estar y finalmente me está costando acabar ... pero, merece la pena.

1 comentario:

  1. Maravilloso Ana, comparto estas sensaciones contigo, con todo los altibajos que se pueden vivir... Siempre la nostalgia nos deja un recuerdo dulce. Espero verte este miércoles y ver como cierras este ciclo tan mágico que es el "Insti".
    Besos y mucha mierda!!!

    ResponderEliminar