jueves, 2 de diciembre de 2010

Un recuerdo



Dicen que se llaman conexiones. Otros dicen que son los angelitos. A mi me gusta esta segunda opción, quizá resulta un poco cursi, pero para mí son los angelitos. A veces, imagino que a vosotros también os a pasado, suceden cosas que deseas. No tienen que ser grandes cosas, como por ejemplo que te toque la lotería( lo cuál estaría muy bien en estos tiempos que corren) me refiero a pequeñas cosas que hacen que la vida en su cotidianidad sea mágica. Por ejemplo, estos días tenía que buscar unas cartas escondidas, no tenía ni idea de donde podían estar... pero sabía que de un momento a otro aparecerían ... Un armario, una intuición, un angelito y un saber que estaban ahí, que ahí las encontraría... y así a sido. Cartas encontradas.
Una vez, fui con las Malvalocas a la Fosca. Cuando llegué pregunté a Melina, una de ellas, si en la Fosca había algún sitio donde poder comprar miel natural. Melina, me dijo que como mucho en la Fosca se podía comprar mermelada... estuvimos fuera toda la tarde, fuimos a la playa y nos dimos un gran paseo. Durante el paseo, se desarrolló una conversación en la que les explicaba mi teoría de las conexiones y empezamos a hablar de los angelitos... al final del camino, vimos una imagen rara... un viejecito en una moto apoyaba botecitos sobre una tabla de madera. Los botecitos tenían miel. Miel natural... Entre nosotras hubo miradas cómplices... no podía pasar nada mejor para que entendieran lo que les estaba explicando. Ahora cada tarde tomo miel del botecito, hace frío y vienen fenomenal las infusiones de Roibos. Cada tarde me acuerdo de la Fosca y del viejecito del camino... que para nosotras pasó a ser un angelito.
¿A vosotros os ha pasado? Quizá podría ser un buen momento para recordar estas conexiones, estos momentos pequeños que hacen que todo cobre sentido. Que conviertan una tarde en un recuerdo...

4 comentarios:

  1. a veces las palabras no hacen falta... esa energia que fluye ... y que conecta... tantas vecess.bss

    ResponderEliminar
  2. El angelito argentino.

    Sin ir más lejos, hace una semana tuve un momento de estos y grité: "angelitos de la Ana!". Estaba en el Facebook cuando de repente veo un comentario nuevo de una amiga de la infancia de Argentina. Fue una amiga que hice en Buenos Aires hace 10 años cuando viví allí una temporada...teníamos entonces 14 años, pero nos hicimos amigas enseguida. El problema es que la distancia, la vida, los cambios, hacen que sigas caminos diferentes y ya no sepas tanto la una de la otra como te gustaría. Por eso me figé en su perfil de facebook, para ver cómo le iba la vida...y veo que está haciendo un master en París. Total, que me quedo 2 días pensando un montón en ella y en que debería decirle algo, aunque hayan pasado 10 años casi...y finalmente, de tanto pensar en ello, el viernes, le mando un mail diciéndole que se venga cuando pueda a Barcelona a y que así hacemos un reencuentro como dios manda. ¿Qué me contesta ella? Que está en Barcelona pasando el fin de semana!! No se lo podía creer!!
    Yo creo que algún tipo de energías, entre un tipo de personas...existe...estoy casi segura. No se ha podido demostrar físicamente, pero hay algo que tu cuerpo siente...no sé...que sabes que algo está por pasar, o está cerca...lo sientes y no sabes por qué!

    Por cierto, fue un reencuentro precioso, sentido y esperado! como si el tiempo no hubiera pasado! :)

    Beso,

    ResponderEliminar
  3. El mío es distinto... le tienes que poner ganas, pero para mí todo tiene mucho sentido.
    Mi hermana y yo regalamos a nuestro padre unas entradas para ir todos juntos al circo. Era un circo alternatvio a la sucesión de números-el-más-difícil-todavía. Buscaba transmitir algo, llegar al público... emocionar, vamos! Y me emocioné. Mucho. Lloré sonriendo mirando hacia el cielo de la carpa; con el abrigo puesto para no tener frío, aunque toda mi piel estaba erizada. El espectáculo se basaba en la serie de números de Fibonacci: 0, el vacío, la posibilidad; 1, el individuo, la partida de todo cómo un conjunto de puntos para formar después la complejidad; 2, el encuentro, el contacto, el conflicto con el otro; 3, el grupo, el cuidarse de los otros; 5, los puntos cardinales y el centro, los cinco sentidos, el mundo que nos rodea; 8, el infinito, el univero; 13, los ciclos; y 21, la muerte.
    Al día siguiente, estaba haciendo tests de inglés para el certificado que necesitaría si me daban la plaza para irme a Canadá. El día siguiente salía la resolución.
    Pues... al primer test que hice, temática: la serie de Fibonacci. Supe que aquello era obra de "los angelitos de Ana".
    Aun así, me sigue sorprendiendo que me hayan dado la beca...

    ResponderEliminar
  4. Ahir quan parlàveu de la teva colònia de tè, que és la mateixa que portava la mare de la Kim, i quan la Nuñez va explicar allò de que havia escoltat per la ràdio la cançó que la seva àvia li cantava de petita, em vaig enrecordar d'un moment angelets...

    Aquest setembre just després de haver-nos traslladat a la casa de Muntaner, l'antiga casa de la meva àvia i el meu avi, el meu pare es va casar amb la Pilar. Per diverses raons havia estat una boda esperada. Esperada en el sentit literal, perquè estimar-se ja fa molts i molts anys que jo sé que s'estimen, però d'alguna manera han esperat que les cosetes de la vida s'anèssin col·locant al seu lloc... i en aquesta llarga espera al meu pare se li va morir el pare, i després la mare. Van morir de vells i no van ser morts tràgiques, o no més tràgiques del que és la mort en sí. Però tot i saber acceptar les coses, aquestes cosetes de la vida, jo sé que al meu pare li haguès agradat tenir els seus pares allà amb ell el dia del seu casament, fent-li costat...
    Doncs, el dia abans del casament, quan tornava de comprar el vestit que em posaria l'endemà, vaig pujar a l'ascensor (que a sobre quasi mai faig agafo...) i vaig olorar a la meva àvia. Va ser de cop, una olor alegre, com si estiguès allà amb mi dient-me que ella estava amb nosaltres, disfrutant de veure'ns contents amb tot allò.
    Va ser genial! Una sensació molt càlida, molt tranquilitzadora, com quan t'arropen... com quan les mares s'asseuen a un costat del llit, tapen fins dalt al seu fills, els fan un petó i els desitgen que somiin amb els angelets... ai, aquests angelets!

    ResponderEliminar