domingo, 24 de enero de 2010

Es una gran suerte

Había quedado en ir al teatro, Me agrada molt el que fas! era la obra, Cesc actuaba y quedaban pocos días para poder ir a verlo. Ultimamente, me arreglo, así que estaba en plena reconstrucción, no sabía si me hacía coleta, un moño o la melena al viento , lo que si tenía claro es que me alisaba el flequillo. Me alucinan las planchas de hoy en día, una pasadita y el flequillo perfectamente arreglado a lo Cleopatra. Luego el maquillaje, después de una buena base hidratante como me recomendó, Montse. Sombra, la raya negra por dentro y por fuera, rimel a borbotones para manejar la longitud de mis pestañas, colorete y pinta labios. Todo esto habiendo elegido el modelito, y decidido que me pondría unos tacones de vértigo que solamente soportaría si caminaba poco a poco. La amenaza de lluvia evitaba el poder ir en moto. En plena vorágine y kaos, recibo una llamada de un número desconocido, dudo en cogerlo pero finalmente descuelgo y oigo una voz que me dice:
Hola Ana, me llamo Isabel , tu no me conoces . Te llamaba porque he visto vuestra página WEB en face book y quería saber si alguna de vosotras dabais clase de danza.
A mi me sorprendió, porque de primeras no entendía nada. Pero luego reaccioné y pensé : mira! nuestra primera llamada a partir de la WEB!!!!.
Estuve hablando con Isabel un ratito, ella me explicó y yo la expliqué,y le prometí que escribiría en el Blog de su llamada. Y desde aquí le digo, que si lo que quiere es bailar, que baile, que no se lo piense y que nunca es tarde para poder dedicarte a esta profesión. Que no importa ser una del montón, que lo importante es siendo una del montón, dedicarte a lo que quieres, cuando quieres y como quieres. Que puedes tirarte toda la vida aprendiendo, pero que donde verdaderamente aprendes es tirándote a la piscina y dejando que todo el camino recorrido , todas las clases tomadas, todos los quebraderos de cabeza, todas las renuncias y todas tus ilusiones sean tus herramientas que crean tu forma de vida. Yo soy bailarina, y no podría ser secretaria, y es cuestión de decisión, porque aunque trabaje en un bar, aunque trabaje de acomodadora, aunque trabaje de monitor de esplai la bailarina se empeña en que no me olvide que soy bailarina. Una del montón, como compañía, surge de esta necesidad de no esperar a que alguien te elija, sino de ser nosotras las que proponemos, a partir de nuestras experiencias, de nuestra mochila. Son tiempos difíciles, si, pero precisamente por eso, hay que hacer cosas, estar activos y no dejar que la desidia y la dificultad se adueñe de nosotros. Por todo esto:
Isabel, de cabeza a la piscina!!! Que es una gran suerte el tener inquietudes en la vida!!!!

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